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quinta-feira, 14 de janeiro de 2016

Kolla Yupanqui em Jaguarão, dia 22


Así surgió  La pasolibreña 

Fui a dar una charla en Paso de los libres, 
Corrientes. Por cuestiones de organización no llegué a tiempo al ómnibus que me llevaba de regreso a Buenos Aires y me tuve que esperar la posibilidad de abordar otro que pasaba como a las 2:30 de la madrugada. En esa terminal, de una pequeña ciudad fronteriza, con todo lo que ello significa, había una niñita de unos doce años, hermosa, de rasgos típicamente guaraníes, miembros largos, estilizada, con una cajita en sus manos en los que tenía chocolates y golosinas. 

Recorría los andenes de la terminal ofreciéndolos a los viajeros. Tenía un latiguillo: "Me compra un chocolate, señor?". Vino a mí con el mismo voceo, le pregunté hasta que hora se quedaba. Me respondió que hasta que pasara el último ómnibus, es decir hasta las tres de la mañana. No le pregunté su nombre, cosa que siempre hago con los niños desconocidos que me abordan. Se retiró, siguió dando vueltas por la terminal. 

Al rato, vino se sentó a mi lado, apoyó su cabeza en mi hombro y se quedó dormida, con su cajita en las rodillas. Puedo decir mil cosas: ternura, amor paterno, cariño, compasión.... Ninguna de ellas alcanza a describir todo lo que me sucedió por dentro en ese momento. Como Neruda diré que " me caí del alma". En este preciso momento me sigue conmoviendo relatar lo vivido esa noche.

Roberto Chavero, cantante, poeta y compositor del folklore argentinoDurmió un buen rato. Luego se levantó y se fue, sin decir nada. Tomé mi ómnibus y me iba dando vueltas en el corazón esta niña mientras viajaba. Porqué no le pregunté su nombre?, pensaba. Tal vez, porque tiene millones de nombres, me contesté.
 
Me llevó varios años poder narrar esta historia en canción. Como corolario le cuento que cuando mis compañeros volvieron a pasar por la terminal y tuvieron que quedarse allí por un trasbordo durante unas horas, había una joven de unos 20 años, abordando a los pasajeros con un: "Me compra un chocolate, señor?" Quiero pensar que la canción en alguna medida la protegió y la seguirá protegiendo de las angustias de la vida. Tal vez , ese sea el sentido de las canciones con fundamento. Le mando un abrazo a Pontevedra, Roberto 
 




 La Pasolibreña
Letra y música de Kolla Yupanqui
Vacíos andenes de ternura y paz.
Sin tener adonde ir ni regresar.
Pasaban mis horas, junto al Uruguay;
Mi alma se dormía para no llorar.
Pero apareció, para iluminar
La noche inmensa de la Terminal.

Qué dulce adiós era tu pregón:
“me compra un chocolate señor?”
Tristes monedas de orfandad
En tu bolsillo ibas a guardar.

Noche sin luna en el andén,
Pasolibreña, mi guayna-í
La dulce lumbre de tu inocencia
Era la única luz allí.

Rodeado de ausencias, en tierras lejanas,
mi alma era el río muriendo en la playa.
Terroncito de arena del río Uruguay,
Dejaste en mi orilla  un naufragio más.
Solo pude darte esta canción
Pidiendo al río amparo y protección.

Terrón de arena, tierno candil
Aquella noche cuidé de ti, 
cómo será tu amanecer,
 hoy que me encuentro lejos de allí.

Noche sin luna en el andén,
Pasolibreña, mi guayna-í
La dulce lumbre de tu inocencia
Era la única luz allí.

Noche sin luna en el andén,
Pasolibreña, mi guayna-í
Aún me alumbra tu dulce luz
Terrón de arena, tierno candil.


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